Llevo mucho leído sobre el tema, y creo que ya tengo una visión clara de lo que ha ocurrido:
un juez se atreve a poner en evidencia a los demás al investigar crímenes de dictaduras como la chilena o la argentina, a las que nadie miraba de cara. Aquí, la cúpula judicial, como en el resto del mundo, de brazos cruzados. Las leyes nacionales de punto final habían dejado inválida la actuación de la justicia. Pero las barbaridades de las dictaduras no pueden salir indemnes de la justicia internacional. Así que Garzón aplica las leyes internacionales.
Ahora bien: en su propio país, la dictadura prevalece aún entre la alta judicatura, agazapada y tiene mecanismos suficientes para barrer de un plumazo a los elementos nocivos que intenten impartir una justicia totalmente subyugada por la inercia franquista. Esto, unido al apoyo encubierto de los conservadores españoles, y una actitud corporativista de elementos como Varela, Saavedra y compañía, explica porqué en esa joven democracia llamada España se inicia el proceso de caza y captura, y posterior inhabilitación de un juez ejemplar, salvo algunos errores puntuales de procedimiento, que seguro que los inhabilitadores también han cometido.
Los otros dos casos, el Santander y Gurtel, son añadidos por si Garzón escapaba del primero.
Para mí, la cúpula judicial española ha revelado su verdadera naturaleza, y ha perdido toda credibilidad. Aquí Franco lo dejo todo atado y bien atado, y es en la justicia donde se le ha visto el plumero.
De todas formas gracias, Supremo y CGPJ, porque a partir de ahora todos sabemos quienes sois.
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La mejor droga es la realidad, que a veces se ve mucho mejor desde fuera. Como ven los franceses, ingleses, americanos, etc. Aunque, si te fijas, también la ven desde España: y si no, mira aquí mismo la de gente que piensa que el virulento ataque a Garzón es algo orquestado.