Lo primero, gracias por todo el apoyo recibido.
Hay tres problemas distintos: el primero, que yo digo claramente en contratación que uso Linux; y una condición "sine qua non" para contratar el servicio es que el hecho de emplear software libre en mi casa no cancele la obligación de Telefónica de proveerme un servicio por el que pago. No quiero que la telefonista sepa arreglar la DNS de un Linux o sepa de Linux; sino, cuando le estoy diciendo que la ratio de bajada es muy baja, y la de subida casi nula, el hecho de ser usuario de un sistema operativo libre no cancele su obligación de proveerme el caudal mínimo contratado. (Por cierto, no hay que ser muy lúcido para darse cuenta que, si hay algo de upsteam y downstream, no puede ser un problema de DNS). El hecho de que me colgaran después de decir que usaba Linux ya imposibilita cualquier tipo de mecánica de "vamos a seguir para adelante, adaptando lo que me digas a otro sistema operativo". Esto es una muestra de Telefónica de desprecio al software libre y, además, a su propia palabra. Menos Morfeo, y más dejar de discriminar al software libre. No quiero que me expliquen como configurar mi DNS, sino que no se nieguen a arreglarme un servicio por usar un sistema operativo libre.
El segundo, que es un servicio profesional, contratado como tal -de hecho, tuve que mostrar que era autónomo-, y cobrado como tal -no es, precisamente, barato; son las 3700 de arranque más 150 euros al mes-. Entiendo que en un servicio técnico para usuarios domésticos un importante porcentaje de los problemas sean causados por un usuario que toca donde no debe; pero si se trata de un servicio profesional que se da a un autónomo o a una empresa, el protocolo debe recoger la posibilidad de que estés hablando con el informático de la empresa cliente, y que la empresa usuaria tenga como reconocer una DNS mal configurada. No dudo que si llama el Corte Inglés diciendo que se le ha caído su enlace de satélite se le pondrá un técnico; el problema es que a las PYMES y autónomos nos redirigen al call-center de ADSL de usuarios domésticos. Pagamos a precio de oro servicios profesionales, y recibimos en contrapartida la misma contraprestación en calidad de servicio y atención que el que contrata un ADSL de Terra doméstico. Esto es una muestra por parte de Telefónica de desprecio a autónomos y PYMEs.
Finalmente, la tercera razón es de "cultura de empresa". No es solo que me colgaran el teléfono en la cara cuando dije la palabra maldita Linux en asistencia técnica. Es que también me colgaron el teléfono en la cara cuando dije la otra palabra maldita reclamación. Es una cultura empresarial en la que te cuelgan el teléfono en la cara cuando escuchan algo que no les gusta; en los últimos seis meses he tenido muchísimos problemas con Telefónica, y me han colgado más veces en la cara mientras hablaba que si vendiera enciclopedias por teléfono. Cuando todo el mundo lo hace, no es porque haya alguien inapropiado o mal pagado en un puesto de atención a clientes: es porque es la cultura empresarial. Muestra el desprecio de Telefónica por el cliente que no sea "gran cuenta".
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Lo primero, gracias por todo el apoyo recibido.
Hay tres problemas distintos: el primero, que yo digo claramente en contratación que uso Linux; y una condición "sine qua non" para contratar el servicio es que el hecho de emplear software libre en mi casa no cancele la obligación de Telefónica de proveerme un servicio por el que pago. No quiero que la telefonista sepa arreglar la DNS de un Linux o sepa de Linux; sino, cuando le estoy diciendo que la ratio de bajada es muy baja, y la de subida casi nula, el hecho de ser usuario de un sistema operativo libre no cancele su obligación de proveerme el caudal mínimo contratado. (Por cierto, no hay que ser muy lúcido para darse cuenta que, si hay algo de upsteam y downstream, no puede ser un problema de DNS). El hecho de que me colgaran después de decir que usaba Linux ya imposibilita cualquier tipo de mecánica de "vamos a seguir para adelante, adaptando lo que me digas a otro sistema operativo". Esto es una muestra de Telefónica de desprecio al software libre y, además, a su propia palabra. Menos Morfeo, y más dejar de discriminar al software libre. No quiero que me expliquen como configurar mi DNS, sino que no se nieguen a arreglarme un servicio por usar un sistema operativo libre.
El segundo, que es un servicio profesional, contratado como tal -de hecho, tuve que mostrar que era autónomo-, y cobrado como tal -no es, precisamente, barato; son las 3700 de arranque más 150 euros al mes-. Entiendo que en un servicio técnico para usuarios domésticos un importante porcentaje de los problemas sean causados por un usuario que toca donde no debe; pero si se trata de un servicio profesional que se da a un autónomo o a una empresa, el protocolo debe recoger la posibilidad de que estés hablando con el informático de la empresa cliente, y que la empresa usuaria tenga como reconocer una DNS mal configurada. No dudo que si llama el Corte Inglés diciendo que se le ha caído su enlace de satélite se le pondrá un técnico; el problema es que a las PYMES y autónomos nos redirigen al call-center de ADSL de usuarios domésticos. Pagamos a precio de oro servicios profesionales, y recibimos en contrapartida la misma contraprestación en calidad de servicio y atención que el que contrata un ADSL de Terra doméstico. Esto es una muestra por parte de Telefónica de desprecio a autónomos y PYMEs.
Finalmente, la tercera razón es de "cultura de empresa". No es solo que me colgaran el teléfono en la cara cuando dije la palabra maldita Linux en asistencia técnica. Es que también me colgaron el teléfono en la cara cuando dije la otra palabra maldita reclamación. Es una cultura empresarial en la que te cuelgan el teléfono en la cara cuando escuchan algo que no les gusta; en los últimos seis meses he tenido muchísimos problemas con Telefónica, y me han colgado más veces en la cara mientras hablaba que si vendiera enciclopedias por teléfono. Cuando todo el mundo lo hace, no es porque haya alguien inapropiado o mal pagado en un puesto de atención a clientes: es porque es la cultura empresarial. Muestra el desprecio de Telefónica por el cliente que no sea "gran cuenta".