Os cuento lo que hago yo cuando me meten un cartel de "Compro piso en esta zona 6xxxxxxxx".
Subo el cartel a casa y en un papel guarro (a veces a la vuelta del mismo papel) escribo a bolígrafo "Vendo piso en esta zona. 90.000€. No agencias. 6xxxxxxxx" y luego le hago flecos con el número de teléfono y lo pego en cualquier farola de otra ciudad.
Disfruto imaginando como las alimañas se llaman unas a otras haciéndose pasar por particulares, o bien lidiando con gente que quiere un piso en otra ciudad distinta. Perdiendo su tiempo, al fin y al cabo en un proceso de mentirosos llamando a mentirosos. A veces incluso me río en mitad de la noche pensando que la policía multa al de la inmobiliaria por pegar carteles en la farola.
Solo vamos por la quinta ola y seguimos sin un sistema de seguimiento y control mínimamente eficiente, se tardan en hacer pruebas, en poner en cuarentena a la gente, en avisar a los contactos, un desastre que no se podía saber. A ver si para la siguiente ya se ha enterado alguien.
Si llega a decir esto un presidente del PP no te digo nada la que se lía en MNM. Sin embargo, se trata de Pedrito y la gran mayoría de comentarios son muuuuuy light.
Trabajo en un hotel grande y no puedo estar más de acuerdo con que el factor diferencial de cualquier establecimiento hotelero es el trato.
Cuando el recepcionista tiene que atender 50 llamadas a la hora, hacer trabajo de administración, escanear pasaportes, estar pendiente de que los de mantenimiento hayan arreglado tal y que los camareros hayan llevado cual a no se que habitación, cambiar a un huésped a la 1203 porque no le gusta la 720 y treinta cosas más, no siempre es fácil ser cordial y servicial con el huésped. A veces pienso que si mi hotel tuviera un telefonista (otro trabajador) yo sería un recepcionista híper servicial siempre.
Para el excelente trato al pasajero es clave que el trabajador no esté estresado, y eso la mayoría de los hoteleros parece que no lo saben o no les da la gana saberlo.