#1 [c&p] "En Bolivia esta broma es muy habitual en las celebraciones de cumpleaños pero nadie esperaba que se la hicieran [...] El gobernante, que en alguna ocasión ha hecho lo mismo con otras personas que cumplían años, hizo gala de su conocido carácter desenfadado y encajó el "pastelazo" con humor, después de su inicial sorpresa."
Y si son bromas, o pasteles, Evo sí se los merece, desde luego.
Irrelevante, ante.
A unos les tiran zapatos y a otros tartas.
Menos mal que a veces a los políticos se les puede dar lo que se merecen