#4 Se acerca un hombre a un policía y le pregunta:
- Si le digo cabrón a un agente, qué me podría ocurrir?
- Pues sería insulto a la autoridad, y recibiría una multa de entre 6000 y 30000 euros.
- Y si le llamo agente a un cabrón?
- No hay ningún delito ni falta en ese caso, así que nada.
- Gracias, eso es todo, agente.
Pues yo me lo bajaré gratis y probablemente no iré a ninguno de sus conciertos. Me importa un huevo si la industria musical (o para el caso la cinematográfica o la editorial) consigue desarrollar un nuevo modelo de negocio rentable o se hunde para siempre. No es mi obligación proponer soluciones alternativas, si es que las hay, y mucho menos, caso de no haberlas, apoyar con mis escasos medios a un establishment caduco. Ese mismo establishment, con la inestimable colaboración del poder político, es el que lleva más de una década intentando criminalizarnos y hacernos sentir culpables por utilizar -¡qué atrevimiento!- los medios que ofrece la tecnología del siglo XXI.
Estamos viviendo una revolución cultural como tal vez no haya habido otra en la historia. Los demás pueden hacer lo que quieran, pero yo no pienso tener mala conciencia por vivir en la era de la comunicación global.
- Si le digo cabrón a un agente, qué me podría ocurrir?
- Pues sería insulto a la autoridad, y recibiría una multa de entre 6000 y 30000 euros.
- Y si le llamo agente a un cabrón?
- No hay ningún delito ni falta en ese caso, así que nada.
- Gracias, eso es todo, agente.