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"SOY EL FABRICANTE DE REALIDADES ALTERNATIVAS QUE REPARTE GOLOSINAS ENVENENADAS CON FANTASIA" Artista plàstico, Ilustrador, Escultor, Escritor, Mùsico, Comunicador social y Docente nacido en Perù
Aquí nadie entra, de aquí nadie sale. Sólo hay dos accesos y los dos están enrejados; por el del lado Este se presenta el alba, por el del lado Oeste, la agonía del Sol desangrándose; más nada de eso importa. Si este lúgubre lugar no necesita de lo ausente, si este pequeño ataúd donde yace su cuerpecillo es su real jaula. Desde aquí, apenas si se entera del alumbramiento del día por el fogonazo de luz que le llega por su lado izquierdo, y el ocaso se le anuncia con esos resplandores rojizos que tiñen su lado derecho. Nada más queda rememorar a
La horda venía del sur. Cual enjambre, cada vez eran más y no paraban de correr, siempre mirando hacia adelante. Únicamente voltearon para ver el nacimiento de su Reina, la voluptuosa madre dadora de vida, luego no pararon de correr. Miles de machos sementales copulaban sin cesar por cuanto orificio tenía la Reina… siempre a la carrera…Ella, insaciable, acogía a todos. Quienes eyaculaban, caían rendidos y eran pisoteados y devorados por quienes venían detrás. Al igual que las piernas en trote, el festín de sexo nunca se detenía. Sólo la Reina ponía los huevos que posteriormente, serían más miembros para la horda. A la sazón había que mantener su fertilidad latente… siempre a la carrera…Miles de manos escamosas llenas de polvo, mugre, sangre y babas, contribuían a excitar a la dadora de vida manoseando cada centímetro, cada pliegue de su piel... siempre a la carrera…De los millones de huevos que de la Reina brotaban, muchos eran pisoteados y devorados por la horda. Los que lograban salir ilesos eran rápidamente acogidos y abrigados por obreros eunucos cuales madres sustitutas que, con el calor de sus cochambrosos cuerpos, los ayudaban a eclosionar…y la carrera de la horda continuaba. Copulando, dando vida, tragando restos, empollando huevos y siempre corriendo. Todo era una constante, solamente variaba el volumen de la horda, cada vez más numerosa, y las piernas de la Reina. La carrera había desgastado sus pies y ahora sus extremidades inferiores terminaban en los tobillos. A cada paso, la fricción limaba músculos y huesos. El olor de la sangre estimulaba a los machos sementales, aumentando el frenesí. Cada paso era una tortura para la Reina, mas su avidez de sexo no decaía. Las pantorrillas habían desaparecido y la dadora de vida corría sobre los muñones de sus muslos sangrantes, pero no cesaba de copular y producir huevos… siempre a la carrera…Cuando ya no quedó resquicio de piernas, la Reina cayo de bruces, más la inercia que imprimía la carrera de la horda, continuó arrastrándola por varios kilómetros. Cuando por fin se detuvieron, la otrora dadora de vida apenas si era una masa sanguinolenta, y sin embargo, los machos sementales continuaban copulando los restos que de ella quedaban. Sólo detuvieron su macabra orgía cuando los obreros eunucos mostraron a la recién nacida, sucesora de la Reina. Entonces se reanudó la carrera, la cópula insaciable, la producción de huevos y la tragazón de restos… siempre a la carrera…O. Mejìa, Arte y Cultura
Pasaron horas y tiempos desde la tarde en que él decidiera vivir al otro lado de tu espejo, con la intención de estar frente a ti cada vez que vinieras. Quizás no recuerdes la vez que te ofreció sus manos desde el otro lado del espejo y te propuso colocar las tuyas sobre las suyas. Él no lo dijo, mas tal ceremonial, era el sello de un pacto. *-Es cierto. Él siempre está allí, pero no sé desde cuando… no lo recuerdo, quizás siempre estuvo al otro lado de mi espejo.- ¿Sabías que la memoria de los peces, apenas retiene recuerdos por dos o tres
¿Pretendes arrebatarme la luz? ¿Pretendes sembrar en mí el temor a tropezar con mi propia cola? No me pidas que sea sensato para atraer afec...
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“Si hubo gritos, no lo sé, pero que hubieron millones de orejas de pescado, de eso sí estoy seguro… Por lo tanto, quizás nunca hubo testigos de lo...
Esta corta historieta la realicé en 1979, allá en mis años de estudiante de artes, en uno de mis arranques depresivos. Debido a la crudeza de...
“LOS HOMBRES DE PIEDRA” es el título de un relato de la escritora cuzqueña Alfonsina Barrionuevo, quien tuv...
Al gran Charles Chaplin apenas le dejaron descansar en su tumba un par de meses después de su fallecimiento… ¿Conoces la historia del secuestro del cuerpo de este gran actor?
No desafíes la oscuridad de la noche, que en cuanto la negrura devora el día, los demonios la tachonan de parásitos con forma de huevecillos color verde petróleo. Estos huevecillos se deslizan haciendo movimientos temblorosos y se meten por entre tus orejas y tus fosas nasales para incubarse entre tus sesos mientras, rápidamente, engullen cuanta masa encefálica hallan a su alrededor. Cuando ya no hay restos de ello, los huevecillos, ahora gordos y muy activos, eclosionan liberando jugos viscosos y gases tóxicos que invaden tu bóveda cerebral, apoderándose de tu voluntad y haciendo de ti un demonio más. Te digo esto por experiencia pues yo también fui un demonio, pero esta espada que empuño hoy, la usé para abrir mi cráneo de un certero tajo, y vaciar de mi todo resquicio demoniaco, reemplazándolo por unos papiros que hablaban de un gran disconforme, de un demente mayor. Al instante volví a unir las dos partes de mi cráneo, y sellé mis heridas con esta cinta que me identifica como “El mensajero”… ¡¡Vamos!! Comamos helados de un mismo cucurucho que aún falta mucho para que caiga la noche.O. Mejìa, Arte y Cultura