#179, Tranqui, no problem. A mí, en general, tampoco me hace demasiada gracia este escarnio gratuito al taxista medio, presentándolo como el estafador del siglo XX y XXI. Que habrá taxistas timadores, evidentemente, pero precisamente algunas aplicaciones (myTaxi, en mi caso) ayudan a evaluar al taxista... y al pasajero. Yo una vez me lié con la aplicación, olvidé cancelar la ruta e hice al taxista venir para nada. La siguiente vez que la usé, me dijo el taxista: "¿Qué hiciste la otra vez, que mi compañero te puso un 0?". Y me parece bien que esos filtros existan para que todos podamos ser evaluados.
En cuanto a la legalidad, es un follón tremendo, porque está claro que el sistema actual es un perfecto canal de chanchulleo y autorregulación (=proteccionismo) muy perjudicial, pero tampoco podemos pasar de tener un sector sobreprotegido a totalmente liberalizado, no podemos cambiar las reglas en mitad del partido y de la noche a la mañana. Tengo verdadera curiosidad por ver cómo apaña esto el Gobierno para que todos queden medianamente contentos (en EEUU, Uber ha tenido que soltar mucha más pasta de la que habría imaginado para 'regularizarse'), porque no parece que vaya a ser fácil. Y no veo que los taxistas lleven demasiado las de ganar, ya que hay una visión generalizada de ellos (injusta en la mayoría de ocasiones) como si fuesen unos estafadores que, encima, disfrutan de una situación privilegiada.
#69 En el artículo aclaro que, frente al escarnio general que sufren los taxistas, yo no creo que sean unos tecnófobos, ni que se hayan quedado anclados en el pasado ni nada similar. Yo soy usuario casi compulsivo de myTaxi, por ejemplo (hay muchas más, como bien dices), y cuando la uso suelo preguntarles a los taxistas si están contentos con ella. La respuesta es unánime: están encantados. Sí, myTaxi se mete (un poco) en su negocio, pero les proporciona clientes, con lo que están encantados de que internet, en este caso, les ayude. Además, como este tipo de aplicaciones te permiten evaluar al conductor, elimina la creencia popular de que el taxista, per se, es un timador en potencia (porque el timador en potencia no dura ni dos semanas con críticas negativas en una app).
Con la ley en la mano, Uber es, a todas luces, ilegal. La cuestión es que, como decimos en el artículo, desde la propia plataforma ya han dicho que están dispuestos a hablar, con lo que la estrategia parece bastante evidente: acabarán pasando por el aro y pagando una licencia determinada (como hacen en Estados Unidos, sin ir más lejos) y cumpliendo la ley. Pero, mientras tanto, la publicidad gratuita que les están haciendo los taxistas (y los periodistas, por qué no reconocerlo) les viene de fábula cuando en realidad apenas dan servicio en España.
Soy defensor del Estado del Bienestar, y no, no soy nada defensor de la economía sumergida (salvo en el caso de ciudadanos aislados que pasen por una situación especialmente complicada). Lo que digo en el artículo (quizá no he sabido reflejarlo bien, en cuyo caso es culpa mía) es que Uber lo está haciendo mucho mejor que los taxistas a nivel de estrategia, porque la publicidad les está saliendo gratis y el cabreo de los taxistas les está dando una imagen de revolucionarios del sector (cuando poner una app tampoco es muy revolucionario, que digamos). Inferir de ahí una postura cínica o ignorante me parece, como poco, exagerado.
Soy Carlos Otto, periodista de El Confidencial y autor del vídeo de esa entrevista. Creo que algunas cosas se han malinterpretado (quizá por mi culpa). Me gustaría explicar algunas cosas a fin de que todos tengamos más argumentos para opinar:
Esas declaraciones son 40-50 segundos de una entrevista de, aproximadamente, 20-25 minutos. Cuando María Fanjul dijo esas palabras, a mí no me quedó ninguna duda en cuanto a la interpretación: se refería, precisamente, a que no quería contar con una persona que caliente la silla y que se limite a ejecutar órdenes de un jefe que (quizá) sepa mucho menos que él. Lo que desde el principio entendí es que la entrevistada buscaba a una persona que se implicase en el trabajo diario, experimentase, propusiese nuevas ideas... Si os fijáis en el vídeo, veréis que hay un momento en el que dice que quiere que sus empleados asuman riesgos, se equivoquen y, ante todo, aprendan del error. Es decir, una persona que no sea una simple mano de obra, sino un elemento activo de la empresa.
En cuanto a la implicación, en ningún momento entendí que las horas de trabajo fuesen pocas. Entendí que la implicación, precisamente, no tiene nada que ver con las horas de trabajo. Yo soy autónomo desde hace casi tres años y en este tiempo he aprendido que el grado de implicación acaba muchas veces siendo incluso inversamente proporcional al de las horas de trabajo. Es decir, que cuanto más te implicas, menos horas de curro necesitas.
Como digo, ese es el enfoque que yo entendí cuando obtuve las respuestas de María Fanjul. Hoy, hablando con ella, me ha confirmado que sus explicaciones iban en ese mismo sentido. Sin embargo, una grandísima mayoría de los lectores han entendido justo lo contrario de lo que se permitía transmitir. Quizá ese problema haya sido culpa mía, al no pensar solo en la interpretación obvia que le doy yo a las declaraciones; quizá debí pasar más tiempo pensando qué interpretación podía hacer un lector de ello.
Por tanto, si mi enfoque de la entrevista o mi extracción de declaraciones ha dado lugar a interpretaciones distintas a lo que se pretendía, os pido disculpas. Como periodista, me debo a mis lectores, y es en ellos en los que tengo que pensar. Quizá aquí cometí un error.
En cualquier caso, lo reitero: las palabras de María Fanjul pretendía, precisamente, asegurar lo contrario de lo que parece. Lo que me transmitió es que no quiere mulas de carga a las que poder dar órdenes y reemplazar por cualquier otro cuando ya no vale, sino gente creativa y que trabaje en las mejores condiciones posibles.
Antes de nada, me presento: me llamo Carlos Otto y soy periodista. Soy el periodista al que se refiere #27, fui despedido del periódico en el que trabajaba por criticar duramente el aeropuerto y, sobre todo, a sus promotores.
Comento esta entrada para aclarar un par de cosas erróneas del artículo: en primer lugar, y como ya ha dicho #52, el aeropuerto de Ciudad Real NO va a cerrar. Al menos, no por el momento. La noticia es que la única aerolínea que ahora mismo está operando, Vueling, se marcha el próximo 26 de octubre (ya que se acaba el contrato que firmó por 2,3 millones de euros a cambio de volar desde Ciudad Real). La noticia es es que Ciudad Real se queda sin aerolíneas, pero esto, por desgracia, no es nuevo. Desde hace un año, aproximadamente, el aeropuerto sólo ha contado con una aerolínea, y cuando ésa se iba, la Junta de Comunidades de Castilla -subvención mediante- 'convencía' a otra compañía para volar desde aquí.
La posibilidad del cierre no está descartada, pero no está ni muchísimo menos confirmada. No se descarta el cierre porque con el cambio de Gobierno en C-LM, el PP (Cospedal) no parece tener intención de subvencionar a ninguna compañía para volar desde aquí. Por esa razón, el cierre se antoja más probable, aunque el aeropuerto de Ciudad Real aún tiene algunos vuelos privados (no los suficientes como para hacer el asunto rentable, evidentemente).
En cuanto al antiecologismo del aeropuerto, es claro y evidente desde el principio, pero en ningún caso cerraría por eso. Si el aeropuerto fuese rentable, poco importaría su antiecologismo. De hecho, fue el propio ministerio de Fomento el que decidió NO someter al aeropuerto a la Declaración de Impacto Ambiental y concederle la licencia de vuelo sin más.
En cuanto a la compra por el ejército americano, es uno de los muchos rumores que han corrido, pero nunca tuvo demasiada credibilidad.
Espero haber aclarado algunos asuntos.
P.D.: No pretendo ser spammer, así que, si queréis, dejad de leer a partir de aquí. Sólo añado que si queréis conocer la realidad certera del aeropuerto a día de hoy y sus posibilidades de futuro, podéis ver este artículo que publiqué hace unos días: www.elconfidencial.com/economia/2011/08/01/vueling-se-marcha-de-ciudad
Para mí la noticia no es la foto porno, sino lo que Edicosma (empresa que gestiona ese diario, entre otros 200 y pico más) hace diariamente plagiando noticias originales de otros diarios (no de agencias, sino de los diarios) e inflándose a ganar pasta con la publicidad: Un caso concreto que nos pasó en Ciudad Real con Edicosma: www.ottoreuss.com/2009/08/lecciones-de-fotoperiodismo.html
Vaya, supongo que los accionistas del Aeropuerto de Ciudad Real se querellarán contra El Mundo, ¿no? ¿O sólo vamos a pagar el pato los periodistas que no tenemos detrás una gran empresa?
Chicos, soy el autor del artículo de ese blog, y acabo de ver por el contador de visitas que está en Menéame y que esto está cerrado.
La noticia no está dupe, ni muchísimo menos. Si entráis en el enlace veréis que de lo que se habla, en clave de humor, es de la reacción de varios partidos políticos y otros estratos sociales (SGAE, Rouco Varela, Academia de Cine...) sobre la noticia. Si entráis veréis que no tiene nada de dupe.
No me extraña que los ciudadrealeños ayuden a la Iglesia, ya que el futuro de esta ciudad parece depender más de la Virgen María que de sus políticos. O, concretamente, de su alcaldesa: www.eldiadeciudadreal.com/noticia.php/11672
En cuanto a la legalidad, es un follón tremendo, porque está claro que el sistema actual es un perfecto canal de chanchulleo y autorregulación (=proteccionismo) muy perjudicial, pero tampoco podemos pasar de tener un sector sobreprotegido a totalmente liberalizado, no podemos cambiar las reglas en mitad del partido y de la noche a la mañana. Tengo verdadera curiosidad por ver cómo apaña esto el Gobierno para que todos queden medianamente contentos (en EEUU, Uber ha tenido que soltar mucha más pasta de la que habría imaginado para 'regularizarse'), porque no parece que vaya a ser fácil. Y no veo que los taxistas lleven demasiado las de ganar, ya que hay una visión generalizada de ellos (injusta en la mayoría de ocasiones) como si fuesen unos estafadores que, encima, disfrutan de una situación privilegiada.
¡Saludos!