No veo el acierto del artículo por ningún sitio. ¿Un acuerdo entre un socialista valenciano, y un pepero exministro de Aznar habría solucionado el encaje de Catalunya en España, reescribiendo el texto del Estatuto de Catalunya? ¿Y los catalanes qué? ¿Y el resto de actores políticos y corrientes de opinión catalanas qué?, ¿en qué parte del artículo las menciona? Este hombre, ahora que ya no puede insistir en esa tercera vía con la que tanto nos ha dado la vara, por lo ridículo y insultante que les resulta oír hablar de terceras vías, a estas alturas de película, a quienes compran el periódico del conde, con la que ha caído en los últimos diez años, ahora, se dedica a añorar los pocos momentos fugaces e improbables en los que pudo fraguarse una solución que provocase un encaje de la realidad con su imaginario sociopolítico de corte surrealista. Vamos, no me jodas. ¿Un crack?. No hay por donde cogerlo. ¿En serio?. ¿Un cepillado a manos, no ya del PSOE de Zapatero primero, y del Constitucional después, sino directamente del PP, era la solución? Francamente, este señor sigue empanado y sin enterarse de nada de lo que pasa a su alrededor. Tendrá mucha información de primera mano, seguro, pero su capacidad analítica es nula, ...no ha dado una nunca. Uno de los principales motivos por los cuales dentro de unos días van a salir a la calle cosa de dos millones de personas en Catalunya, es porque allí la gente está jartita de que le cocinen una realidad que no encaja ni con sus necesidades, ni con sus expectativas, ni tan siquiera con sus más elementales anhelos, como puede ser la identificación con el grupo al que te dicen que perteneces o la seguridad de que tus costumbres, tu idioma, tu cultura y la de tu gente tienen quien trabaje por acomodarles un lugar en el futuro. Los catalanes estamos hartos de eufemismos. Los catalanes no somos un puto eufemismo. Catalunya es una nación, y tenemos derecho a decidir como cualquier otro hijo de vecino, viva o no en democracia, y cualquiera que quiera seguir compartiendo con nosotros un estado, el primer paso al frente que ha de dar es el del respeto, el del reconocimiento total y sin paliativos de nuestra puta existencia, y el segundo, el de respetar nuestra voluntad, si queremos nos quedamos, y si nos parece, nos largamos.
No veo el acierto del artículo por ningún sitio. ¿Un acuerdo entre un socialista valenciano, y un pepero exministro de Aznar habría solucionado el encaje de Catalunya en España, reescribiendo el texto del Estatuto de Catalunya? ¿Y los catalanes qué? ¿Y el resto de actores políticos y corrientes de opinión catalanas qué?, ¿en qué parte del artículo las menciona? Este hombre, ahora que ya no puede insistir en esa tercera vía con la que tanto nos ha dado la vara, por lo ridículo y insultante que les resulta oír hablar de terceras vías, a estas alturas de película, a quienes compran el periódico del conde, con la que ha caído en los últimos diez años, ahora, se dedica a añorar los pocos momentos fugaces e improbables en los que pudo fraguarse una solución que provocase un encaje de la realidad con su imaginario sociopolítico de corte surrealista. Vamos, no me jodas. ¿Un crack?. No hay por donde cogerlo. ¿En serio?. ¿Un cepillado a manos, no ya del PSOE de Zapatero primero, y del Constitucional después, sino directamente del PP, era la solución? Francamente, este señor sigue empanado y sin enterarse de nada de lo que pasa a su alrededor. Tendrá mucha información de primera mano, seguro, pero su capacidad analítica es nula, ...no ha dado una nunca. Uno de los principales motivos por los cuales dentro de unos días van a salir a la calle cosa de dos millones de personas en Catalunya, es porque allí la gente está jartita de que le cocinen una realidad que no encaja ni con sus necesidades, ni con sus expectativas, ni tan siquiera con sus más elementales anhelos, como puede ser la identificación con el grupo al que te dicen que perteneces o la seguridad de que tus costumbres, tu idioma, tu cultura y la de tu gente tienen quien trabaje por acomodarles un lugar en el futuro. Los catalanes estamos hartos de eufemismos. Los catalanes no somos un puto eufemismo. Catalunya es una nación, y tenemos derecho a decidir como cualquier otro hijo de vecino, viva o no en democracia, y cualquiera que quiera seguir compartiendo con nosotros un estado, el primer paso al frente que ha de dar es el del respeto, el del reconocimiento total y sin paliativos de nuestra puta existencia, y el segundo, el de respetar nuestra voluntad, si queremos nos quedamos, y si nos parece, nos largamos.