Soy abogado en ejercicio durante más de 20 años. Ejerzo en derecho penal fundamentalmente. Todos los días incluidos sábados y domingos defiendo a los ciudadanos con la ley y la Constitución Española en la mano. Lo que relata la periodista es uno más de tantos y tantos casos que se producen todos los días en las comisarías, en los calabozos, en los Juzgados de Guardia, en los juzgados normales. El abuso de poder que se lleva a cabo por las autoridades policiales y judiciales es escalofriante, con las naturales excepciones, que las hay y responden a personas que ejercen su cargo con respeto a los derechos humanos, y eso les honra. Yo he denunciado personalmente, por palizas dadas a clientes míos dentro de los calabozos policiales. Y se han abierto diligencias penales contra esos policias. Yo he denunciado personalmente a funcionarios de prisiones por palizas dadas a clientes míos en un centro penitenciario. Y los agresores, funcionarios públicos, les atacaron sin ser agredidos ni provocados (esa es la excusa que alegaron, por supuesto). Y hay muchos jueces que se saltan la ley y actúan arbitrariamente, con pleno olvido de que su poder emana del pueblo y son los primeros que debieran dar ejemplo de responsabilidad. La constitución prohibe la arbitrariedad de los poderes públicos. Pero todo este tipo de cosas las ignora la mayoría de los ciudadanos. Somos un pueblo en general tan insolidario que sólamente llegamos a darnos cuenta de estos problemas de la total carencia de una administración de justicia racional y moderna, cuando nos ocurre. El poner en duda lo que relata la periodista, el partir de la idea de que las autoridades públicas en general, en este país, cumplen con su deber constitucional, es un error y muestra de una ignorancia supina. Y quienes aquí han escrito de forma tan desconsiderada con quien ha comentado hechos que no se darían ni en la peor comisaría del país mas subdesarrollado del mundo, carecen de la menor información sobre la realidad. Este verano, el 14 de agosto pasó a prisión un cliente mío para cumplir una sentencia condenatoria impuesta en un juicio para el que nunca fué convocado. Me tuvo a mí, y en 10 días logré demostrar tan abultado error, y salió de la carcel con una nulidad de sentencia. Pero es poco habitual que la Justicia reconozca sus errores. Los hay a millares. Y los ciudadanos no son considerados sino números. Si alguien hay que lo ponga en duda que pregunte. Pero la prepotencia, la ignorancia y la soberbia hacen un coctail peligroso. Así nos va.
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Soy abogado en ejercicio durante más de 20 años. Ejerzo en derecho penal fundamentalmente. Todos los días incluidos sábados y domingos defiendo a los ciudadanos con la ley y la Constitución Española en la mano. Lo que relata la periodista es uno más de tantos y tantos casos que se producen todos los días en las comisarías, en los calabozos, en los Juzgados de Guardia, en los juzgados normales. El abuso de poder que se lleva a cabo por las autoridades policiales y judiciales es escalofriante, con las naturales excepciones, que las hay y responden a personas que ejercen su cargo con respeto a los derechos humanos, y eso les honra. Yo he denunciado personalmente, por palizas dadas a clientes míos dentro de los calabozos policiales. Y se han abierto diligencias penales contra esos policias. Yo he denunciado personalmente a funcionarios de prisiones por palizas dadas a clientes míos en un centro penitenciario. Y los agresores, funcionarios públicos, les atacaron sin ser agredidos ni provocados (esa es la excusa que alegaron, por supuesto). Y hay muchos jueces que se saltan la ley y actúan arbitrariamente, con pleno olvido de que su poder emana del pueblo y son los primeros que debieran dar ejemplo de responsabilidad. La constitución prohibe la arbitrariedad de los poderes públicos. Pero todo este tipo de cosas las ignora la mayoría de los ciudadanos. Somos un pueblo en general tan insolidario que sólamente llegamos a darnos cuenta de estos problemas de la total carencia de una administración de justicia racional y moderna, cuando nos ocurre. El poner en duda lo que relata la periodista, el partir de la idea de que las autoridades públicas en general, en este país, cumplen con su deber constitucional, es un error y muestra de una ignorancia supina. Y quienes aquí han escrito de forma tan desconsiderada con quien ha comentado hechos que no se darían ni en la peor comisaría del país mas subdesarrollado del mundo, carecen de la menor información sobre la realidad. Este verano, el 14 de agosto pasó a prisión un cliente mío para cumplir una sentencia condenatoria impuesta en un juicio para el que nunca fué convocado. Me tuvo a mí, y en 10 días logré demostrar tan abultado error, y salió de la carcel con una nulidad de sentencia. Pero es poco habitual que la Justicia reconozca sus errores. Los hay a millares. Y los ciudadanos no son considerados sino números. Si alguien hay que lo ponga en duda que pregunte. Pero la prepotencia, la ignorancia y la soberbia hacen un coctail peligroso. Así nos va.