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La oficina meteorológica de Islandia ha informado de un terremoto en la zona del Volcán Katla. Si bien un terremoto en sí mismo no indica necesariamente que vaya a erupcionar próximamente, otras personas ven esto como una señal de que el gigante está a punto de despertarse.
Una decena de golfistas han asaltado distintos campos de golf en Almería, Málaga, Córdoba y Sevilla para tapar los hoyos como muestra de su conciencia con la problemática de la sequía en Andalucía. Estos golfis por el clima, como se autodenominan, han realizado esta acción con el objetivo de “concienciar a sus colegas que esta práctica debería estar prohibida en periodos de sequía”.
No estoy para nada de acuerdo con tu texto, pero para no alargarme, me centraré en esto:
Cuotas. La discriminación positiva no existe. Lo que para unos es positivo es que es negativo para otros. El establecimiento de cuotas es el último clavo que le faltaba a nuestra sociedad contra la meritocracia. Cualquier grupo que defienda el establecimiento de cuotas, para lo que sea, es enemigo de la igualdad y confiesa la minusvalía del que recibe la cuota. Las mujeres no necesitan cuotas. Ni son imbéciles ni tiene tara alguna por el hecho de serlo.
Esto muestra que no comprendes bien ni la discriminación positiva ni la cuestión de las cuotas, y eso es especialmente irritante para mí por dos motivos : porque está relacionado con una parte de mi trabajo, pero sobretodo porque ya se ha debatido hasta la saciedad. Vayamos al meollo de la cuestión.
La discriminación positiva no es lo mismo que la discriminación. La discriminación positiva sólo puede existir en un contexto de discriminación pre-existente, en el que un individuo o un conjunto de individuos sufren desventajas a causa de impedimentos sociales. La discriminación positiva sólo puede existir en una sociedad que, a causa de sus disfunciones o prejuicios, perjudica la meritocracia ; por eso la discriminación positiva se entiende como un acto de reparación hacia las personas que han sufrido esas desventajas, y no como un acto lesivo hacia otra persona.
Las cuotas son un ejemplo de discriminación positiva, y estas no significan la invalidez física ni psicológica de nadie, pero sí es un reconocimiento de su minusvalía social. Establecer una cuota es una herramienta de justicia social para con los individuos que por el hecho de ser X tienen desventaja para acceder al mismo puesto que otros individuos no X . Los perjudicados por las cuotas son aquellos que tienen una ventaja social injusta, de la cual se aprovechan consciente o insconscientemente ; por eso, aunque parezca que se les perjudique, se entiende que en realidad es un castigo necesario que debe estar siempre a la medida de las ventajas socialmente obtenidas (es absurdo que las cuotas superen el 50%).
Las mujeres necesitan cuotas, no porque sean imbéciles, sino porque la sociedad lo es. Todavía se les discrimina por la posibilidad de que en el futuro se queden embarazadas. Todavía se les discrimina por tener hijos, no sólo porque las mujeres son todavía las cuidadoras principales, sino también porque hay pocas formas de conciliación de la vida laboral y familiar. Todavía se les discrimina con empleos a tiempo parcial y subempleo, provocando la brecha salarial. Esta es la situación de discriminación pre-existente. Es discriminación a secas. En este contexto, establecer una cuota de hombres sería discriminación a secas, y establecer una cuota de mujeres discriminación positiva.
Espero haber aclarado el significado de los dos conceptos. Entiendo tu postura, pero querer una meritocracia tal y como está el patio sólo servirá para que sigan aventajados aquellos que ya parten con ventaja. Personalmente, desconfío de los que ven una panacea en el sistema meritocrático porque, en realidad, lo único que permite es que aquellos que naturalmente o socialmente parten con ventaja se despreocupen de los que no han tenido tanta suerte.