Cuando Monse Rouco Varela fue condenado por el Tribunal Supremo por amparar a un criminal pederasta tuvo que pagar 30.000 euros de multa. No se hizo ninguna colecta pública entre los católicos, el tema fue censurado en sus medios afines y el dinero apareció rápida y discretamente:
Los catequistas denunciantes fueron expulsados de la parroquia del criminal. Ni les han pedido perdón ni les han readmitido. La Santa Mafía tiene sus normas y las pagamos todos nosotros.