Mientras los líderes occidentales frivolizaban con la amenaza nuclear entre caipirinhas, Brasil buscaba el consenso ante el riesgo de la Tercera Guerra Mundial. Ucrania lanzó el primer misil ATACMS contra Rusia durante la apertura de la cumbre, tras una dura ofensiva rusa el día anterior. Para crispar aún más el ambiente en Río, Rusia anunció el mismo día que había modificado sus protocolos de defensa para permitir el uso de armas nucleares contra una ofensiva convencional.