Mi mente y la sociedad me culpaban por tener esta familia monoparental que parecía no encajar y no ser suficiente ni para ellos, ni para mí, ni para mi hija. Porque aunque parecía ser algo aceptado en el discurso público, en lo que respecta al discurso privado y las prácticas cotidianas, una vez con guagua en mano, noté la gran resistencia de incorporar a las madres solteras a la sociedad, a pesar de que el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) revela que a partir del 2005 en Chile 6 de cada 10 madres son solteras.