http://opinionincorrecta.blogspot.com/2023/07/las-leyes-de-la-causalidad-y-la-muerte.html
Se conoce, a merced de observaciones y de los postulados de la relatividad, que existe un relación inversamente proporcional entre la velocidad de un observador y su experiencia del tiempo.
Así, a mayor velocidad. se entiende que existe una “dilatación temporal”, es decir, que éste se ralentiza.
Tenemos por lo tanto dos magnitudes, la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo cuya relación inversamente proporcional apunta a la conservación de un total de movimiento posible, máximo y mínimo a la vez.
Si aceptamos que hay una magnitud que se conserva, podemos definir tal magnitud como la hipotenusa de un triángulo rectángulo y asignar las velocidades a los respectivos catetos.
Y si hablamos de un total de movimiento posible es difícil no reparar en la constante relativista que es la velocidad de la luz.
La causa de esa relación inversamente proporcional entre la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo se halla en la resistencia del medio.
El resultado es que el total de la energía se conserva independientemente de la velocidad del observador o la del transcurso del tiempo que experimente.
Y al final se cumple el dicho de que “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.
Lo hasta aquí descrito no se puede decir que resulte de una complejidad inasumible, sin embargo si existen algunos problemas de concepto que impiden alcanzar las conclusiones expuestas:
1. El concepto de vacío
2. El concepto de materia
3. El concepto de tiempo
1. El concepto de vacío
Desde que Michelson y Morley descartaran experimentalmente la existencia del “viento del éter” con su interferómetro hasta el mismo Maxwell, que unificó electricidad y magnetismo, y la física en general, quedó en un cierto estado de consternación.
Se descartaba con ello, incorrectamente, la existencia del éter que se había postulado como medio para que se desplazara la onda electromagnética. A partir de entonces debió hacerlo sobre el vacío.
Y si ya es dramático desplazarse en el vacío, interpretado como una suerte de “nada”, con más razón lo es para una onda que carece de elementos constitutivos propios y no es más que una ondulación del medio.
El motivo es sencillo: se interpretó que el supuesto éter debería presentar mayor resistencia en el sentido de desplazamiento, de modo análogo a lo que sucedería en el mar o en la atmósfera. Sucede que, a medida que vamos yendo hacia medios más sutiles, nuevos efectos emergentes pueden darse en virtud de los mismos principios, y puede que no se sepan interpretar correctamente.
Al final éter y espacio (o espacio-tiempo en la relatividad) son la misma cosa. La luz es una excitación del espacio en un punto que se propaga en toda direcciones
El hecho es que, según la relatividad, la luz no ve afectada su velocidad en función del desplazamiento como sucede con otros elementos. En todo caso su frecuencia, según dicta el efecto Doppler.
Luego, si lo que se plantea es que a mayor velocidad de los objetos, estos experimentan los cambios con menor velocidad, tal vez la luz como constante pueda quedar al margen de dicho principio y permitirnos tener un reloj libre de tales distorsiones.
Sucede que, aunque la luz dé perfecto cumplimiento a los postulados de Einstein y su velocidad permanezca inalterable, lo que si se altera con el desplazamiento es su trayectoria, en la misma diferencia que un cateto es a la hipotenusa. Así que, aquí por otros motivos, seguimos sin un reloj fiable.
Por lo dicho hasta aquí, no es de extrañar, según lo publicado después por Einstein, que el experimento de Michelson y Morley de 1887, no diera el resultado esperado. No parece que el viento del éter, o la resistencia del espacio, o la impedancia del vacío, interfieran con la luz, acaso por carecer de masa.
Pero la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
Según la relatividad es precisamente la masa lo que modifica las características del espacio-tiempo, lo que venía siendo el éter, y todos los observadores deberían percibir la misma velocidad de la luz independientemente de su desplazamiento, así que no parece que las condiciones de aquel experimento del siglo XIX estén planteando la pregunta correcta.
La masa y la velocidad están estrechamente relacionadas. A mayor velocidad, mayor masa. Y lo cierto es que la gravedad sigue siendo uno de los fenómenos peor comprendidos.
No en vano la conocida como “catástrofe del vacío” ostenta el dudoso honor de ser considerada como “la peor predicción teórica de la historia de la física”.
2. El concepto de materia
Viniendo del paradigma anterior y por nuestra experiencia del mundo, solemos interpretar, erróneamente, que donde hay un objeto hay “algo” compuesto de materia y donde sólo has espacio no hay “nada”.
Lo cierto es que lo único que cambia es la densidad. El espacio, antes que ningún vacío, es algo. Recordemos a Parménides y su “sólo la nada puede no ser”. El espacio es el medio más sutil de nuestra experiencia, tanto que ha sido siempre confundido con ese vacío lleno de nada que sin duda no existe.
Es el sustrato imprescindible para cualquier estructura material. Y, de hecho, bajo el punto de vista ondulatorio, la materia no es otra cosa que una alteración del espacio que se traslada a través de éste, y para ello ha de vencer un resistencia, en relación a su velocidad y su masa. De ahí emanan los efectos gravitatorios.
Tal vez el mejor ejemplo visual sea la deformación que se crea en una cuerda fijada por un extremo cuando sacudimos el otro. Vemos una deformación viajar por la cuerda, sin mayor constitución que una configuración determinada de ésta. Alguna de esas ondulaciones adquieren una configuración estable y esos tipos de ondulación son los que conocemos como materia ordinaria.
Para quien no haya hecho nunca nudos, cabe recordar que el principio siempre es el mismo: una parte de la cuerda aprisiona a otra. Pero los diferentes tipos de “nudos” se crean exactamente con la misma cuerda, que en esta analogía representa al espacio tridimensional.
3. El concepto de tiempo
Se le suelen atribuir al tiempo, erróneamente, propiedades que caracterizan a una dimensión espacial, cuando nuestra experiencia cotidiana evidencia que eso no es cierto en absoluto.
Lo cierto es que el pasado sólo existe en la memoria y el futuro como expectativa del presente. Hay un espacio en el que se suceden cambios, en virtud de la causalidad, y estos determinan una secuencia.
Y solemos ordenarlos en un eje para representarlos, pero es un grave error confundir una representación abstracta con la realidad. No hay por lo tanto dimensión temporal por la que desplazarse, ni más ni menos deprisa y todavía menos hacia delante o hacia atrás. Lo que se conoce como “flecha del tiempo” es la tercera ley de la causalidad, estrechamente ligada con las leyes de la termodinámica y de Newton:
- Todo lo que sucede es inevitable.
- Todo lo que no sucede es imposible.
- Todo es irreversible.
Lo que termina de confundirnos es la llamada “dilatación temporal”. Al final lo que sucede es que no tenemos más manera de medir el “paso te tiempo”, que no son más que los cambios en la materia y el espacio, que con la propia materia y los cambios que en ella observamos. Y con luz, que como ya se ha referido presenta sus propios problemas.
Así, al comparar dos relojes, debido a su diferente relación de velocidad con el espacio, observamos que los que se desplazan a mayor velocidad respecto al medio experimentan una ralentización general del cambio, igual que toda la estructura material que les acompaña en su contexto, por lo que hemos entendido que es el tiempo lo que se ralentiza.
Una premisa errónea conduce a una conclusión errónea y si la primera no se corrige resulta imposible llegar a buen puerto.
Lo que sucede en realidad es que el omnipresente éter está ejerciendo una resistencia proporcional a la velocidad-masa respecto a los cambios que en su seno acontecen. Y de esta forma el total queda siempre conservado.
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En los últimos tiempos el llamado “vacío cuántico” ha venido a rescatar al vacío de la nada y a devolver al espacio (o éter) al lugar primigenio que le corresponde, pero aún persiste un enorme malentendido.
Tesla tenía muy claro que el vacío, la nada, no podía tener propiedad alguna y que por lo tanto no podría curvarse ante la gravedad como proponía la relatividad de Einstein con su espacio-tiempo, por lo tanto el llamado vacío no podía ser tal.
Y es obvio, no sólo que la onda necesita un medio para desplazarse, sino que la onda es en realidad expresión del medio. Y que, como con el ejemplo de la cuerda, nada se mueve de la manera que acostumbramos a interpretar si no que se transmite. Y que la materia no son más que nudos que se desplazan por esa cuerda sin que nada en su constitución se vea alterado, siendo su naturaleza última ondulatoria. En la línea de interpretación de la onda piloto de DeBroglie que merece comentario aparte.
Con esto, ya estaremos algo más cerca de responder a la pregunta, bastante más interesante de qué es la energía, aunque algo ya se ha esbozado aquí. Y otra aún, si existe alguna manera de obtener energía de ese descartado pero finalmente omnipresente éter. O del espacio, que desde luego no parece estar en absoluto vacío.
Espacio, materia, tiempo. Parece difícil acertar siempre en el error. ¿Casualidad o causalidad?
Comentarios
Leído por pasar el rato y me acabo de ver este vídeo:
Es de Santaolalla... empieza relajao y se vuelve espesito.
Espacio, tiempo y velocidad...
#1 Aaah sí, he visto al tipo en alguna charla sobre interpretaciones de la cuántica, si no recuerdo mal. En eso creo que estaba más de acuerdo.
Estoy viendo el eje eternalismo-presentismo que mencionas y al referirse a "espacio tiempo" no parece muy claro y no me convence de la forma que han hecho el pack:
En el eternalismo el espaciotiempo es una entidad emergente del sistema de todas la cosas y no cambia; solo las cosas cambian. Antitéticamente, en el Presentismo, solo los eventos que tienen lugar en el presente son reales y el espaciotiempo es solo una ficción útil.
Yo por mi experiencia he de creer en el presente, pero el espacio me parece muy tangible.
Aún así se menciona en el artículo de alguna manera aquello de que el cambio es lo único que permanece.
Y si el "no permanecer" es lo único que permanece, sería que nada permanece. Ni siquiera el espacio, tal vez.
Y el tiempo al no existir si que se puede permitir ser infinito
Hay que verse los videos de Crespo (Quantum Fracture) y Santaolalla (Date un Vlog) y una vez con ciertas bases se puede jugar a retorcerlas un poquito.
#2 Debo haberlo visto, pero no recordaba la pintoresca mención a Mahoma 😂
Va follado y mete muchas cosas. Lo de la masa imaginaria tiene su gracia, ya con el fotón sin masa hay que hacer un pequeño acto de fe...
Lo de los números imaginarios suena muy bien, pero si te dicen que un objeto va a tener una longitud negativa creo que cabe pensar antes que el modelo se ha roto en ese ámbito y no que pueda ser real.
Aunque quién sabe, de forma parecida predijo Dirac el positrón. Pero parecido no es lo mismo.
Por lo que se estuvo comentando aquí El tiempo del fotón para mí las fórmulas de la relatividad son como una sierra de mesa sin salvaguarda, si pones la mano donde no debes te vuela los dedos. Y permite cosas como acabar dividiendo por cero, algo que no tiene sentido, o lo de los imaginarios.
Total, que en lugar que entender y mejorar la relatividad, en mi humilde opinión, le están dando martillazos.
Se olvidan que el viejo se fue sin cerrar la teoría del todo y en mi opinión estiran el modelo más allá de sus límites en lugar de trabajar en mejorarlo.
Pero bueno, si los de Anonymous planteaban en algún lema que el resultado de dividir por cero es infinito...
El mínimo número por el que puedes dividir es 1 que es el elemento neutro.
Por debajo de 1 lo que haces es multiplicar, no dividir. Igual que lo que haces al multiplicar por debajo de la unidad es dividir. Y a partir de 0 lo que haces seguramente, ya sea multiplicando o dividiendo, es lo mismo: perder el tiempo
Por otro lado la excepción de que el espacio sí se pueda expandir más rápido que la velocidad de la luz tal vez sea una de las cosas más divertidas del paradigma actual de expansión acelerada.
Afortunadamente tiene arreglo: tirar la mitad de la astrofísica del último siglo a la papelera
¿Al final será el Big Crunch?
#5 La verdad que todo lo de Lex Fridman suele ser muy interesante, aunque el tema no te interese como lo trata te lleva a querer verlo, un gran entrevistador.
Ni puta idea tengo de física, pero sí me atrae la filosofía.
Sigo a un filósofo y astrofísico argentino, Gustavo Esteban Romero, que defiende la existencia de un espacio-tiempo sustantivo, y por ende, que no es valido el presentismo y sí el eternalismo. La verdad, yo no entiendo un carajo de esto, me suena a una mezcla de sánscrito-arameo-suajili, y si afirmo entenderlo, miento.
No obstante, te lo dejo por si te interesa, cómo pago por tu brillante artículo (por cierto, sí haces una serie de artículos sobre el tema para dummies, harías a un servidor muy feliz )
Esto me suena mucho a lo que comenta Donald Hoffman en una entrevista que le hizo Lex Fridman, que es un cambio de paradigma a la hora de entender la realidad, que simplemente la evolución no nos ha diseñado para percibir la realidad tal como es y que nuestro concepto de espacio tiempo es simplemente un constructo humano.
Yo solo soy un humilde e ignorante apasionado a la ciencia, pero intento escuchar a los que realmente saben para ver si con suerte se me pega algo de su conocimiento.
Si a alguien le interesa, muy recomendable:
#3 Vi la entrevista a Hoffman, y debo reconocer su honestidad y valor intelectual, a la vez que daba muy buenos puntos. Al respecto de que el diseño es funcional y no fidedigno, hay que decir dos cosas: sí y no.
SÍ: El diseño es funcional y fidedigno debido a que en el medio natural, los distintos organismos están expuestos a un ambiente regular (con sus irregularidades) con relaciones de contingencia bien establecidas entre los distintos fenómenos.
NO: El diseño no lo es, precisamente porqué los principios de aprendizaje permiten una adaptación ontogenética al medio, razón por la cual si las condiciones del medio cambian o son artificiales, la "interfaz" cambia.
Veamos un par de ejemplos:
- Los patos siguen al primer objeto móvil que encuentran, lo que se conoce cómo impronta. Se ha visto que siguen a un humano, a un coche de juguete, etc... a lo que sea que pillen por primera vez. En la naturaleza, lo primero suele ser la madre. No obstante, se han hecho experimentos en los cuales los patitos aprender que al caminar hacía atrás o apretar un botón el objeto "madre" se acerca. ¿Qué se desprende de ahí? Que se heredan aversiones y apetencias hedónicas, las cuales responden a la regularidad del medio y por eso son efectivas. De no haber sido así, no habrían sido "seleccionadas" (el concepto de selección se las trae).
- Si metemos a un bebé recién nacido en una cámara de privación sensorial equipada con tecnología de puta madre y conseguimos sincronizar los movimientos del bebé con movimientos de las cosas a distancia (a dos metros y medio, pongamos), conseguiremos que el bebé mueva las cosas a distancia. Es decir, cuando el bebé intenta agarrar algo que ve (cosa que hacen muy frecuentemente los niños), lo agarrará y podrá interactuar con ello.
Estos dos ejemplos, a mi parecer, son un argumento a favor de la tesis de Hoffman: efectivamente, la interfaz es funcional, y no tiene porqué ser fidedigna, en ambos casos. Ahora bien, ¿por qué es funcional? Lo es, porqué en ambos casos hay una intervención humana que modifica el "orden natural de las cosas", y que lo hace, precisamente, modificando el funcionamiento de las cosas (es decir, acercamos el objeto "madre" cuando el pato va para atrás, y movemos el objeto a distancia correlativo a los movimientos del bebé). Lo es, porqué operamos en la realidad externa al organismo operatorio que somos (que no haya una dualidad ontológica no ha de llevarnos al idealismo).
¿Podemos decir que en vez de las regularidades de la naturaleza que nos han posibilitado como organismos, lo que posibilita a la idea de organismo, a la idea de evolución (y a todas las ideas del mundo) son las ideas de una conciencia, sus propias regularidades? Bueno, me parece un poco absurdo optar por esta postura. Por muy indemostrable que sea el realismo, por mucho que sea una creencia, me parece una creencia de sentido común y sustentada por toda la evidencia que tenemos, especialmente en biología y nuestra condición animal, preferible a la adopción de esta otra creencia idealista de qué creamos interfaces para sobrevivir (cosa que tiene sentido) cuando no hay qué sobreviva, puesto que todo es interfaz.
Hacer de la conciencia la substancia es muy problemático; bueno, hablar de substancia es muy problemático, yo la dejaría aparcada por ahí, pero bueno...
Primero, hay que demostrar la existencia de una conciencia, lo cuál no es necesario, ya que esta es una versión moderna del alma. Las interacciones de un organismo con su medio pueden explicarse por el organismo y el medio, no hace falta añadir una tercera entidad (alma, mente o "cerebro creador"), honremos a Ockham.
Segundo, que todo lo que conozcamos sea a través de la sensación no permite deducir que sólo existan sensaciones en una mente. Si yo veo un video, lo que me dirá si el actor es real o sólo virtual no es la propia imagen del video, sino la corroboración empírica del asunto. Eso nos puede llevar al solipsismo. A mi me interesó y me interesa el budismo, yo considero al Buddha un empirista que enseño una doctrina de la causalidad con especial énfasis en el hedonismo (entendido en sentido amplio) y en el conocimiento de las causas que provocan sufrimiento. No obstante, creo que el budismo original degeneró en un idealismo contradictorio que dividió en dos la realidad, que rechazó el conocimiento racional sistemático y empírico, que saca réditos de su aplicación terapéutica a sus postulados filosóficos y que confundió aspectos epistémicos con ontológicos. Sólo hay que ver el desprecio a las cestas originales en pali y chino y la substitución por los suttras en sánscrito, ha habido una modificación de las enseñanzas originales. Perdón por la digresión.
Tercero, las ideas de una conciencia o bien las pone Dios (Berkeley) o las genera la propia conciencia que es la substancia. Ahora bien, cómo todo tiene una causa, porqué la conciencia genera interfaces? No tiene sentido, más aun si en las interfaces hay sufrimiento. Entonces, ¿por que (que diría un portugués)? Por la respuesta que da Hoffman, para desvelarse a si misma, respuesta que han dado muchos a lo largo de la historia y respuesta que yo no compro.
Perdón por la chapa, no es un ataque ni nada, simplemente te leí y se me despertó la vena. Es uno de los temas a los que les he dado más vueltas, pues es tentador, pero creo que tiene fallos bastante graves.