Por lo menos en algo estoy de acuerdo con Elon Musk, en su declarada defensa a ultranza de la libertad de expresión. Supongo que se hace raro recordarlo el mismo día que han baneado en Twitter a una cómica por "suplantación de identidad", del propio Musk, precisamente.
Sin haberme parado a revisar los detalles, me parece imposible abstraerse de la idea de que la censura es exclusivamente lo que practica el bando opuesto. Y hablando de bandos, el que fuera "el chico de los coches eléctricos", tal como se refirió a él en el propio Twitter recientemente un conocido presentador de late night, se ha posicionado claramente en favor de los republicanos.
La tesis del "power balance" (olvidemos por favor aquella infame pulserita) parece bastante razonable: gobiernan los demócratas, conviene un congreso republicano. Tal vez resultaría más creíble de alguien que no fuera a votar republicano dentro de dos años, aunque quién sabe.
En cualquier caso nunca es una decisión fácil, si es que realmente es una decisión, en el sentido de que nos presentan una suerte de "desvío" en el que ambos caminos van a transcurrir por ineludibles puntos comunes.
Desde mi punto de vista, muy a la izquierda, claro que prefiero oír a Biden decir que capitalismo sin competencia es explotación antes que escuchar las reflexiones de Trump sobre lejías y desinfectantes, en el plano doméstico, pero desde el punto de vista internacional la situación en Ucrania lo está copando todo y no se pueden olvidar los vínculos del hijo de Biden (¿no es un poco de flipado llamar a tu hijo "Hunter"?) con el sector gasístico ucraniano.
Ante el mil veces anunciado y todavía pendiente de consumar declive del poder hegemónico norteamericano vimos el enfoque de Trump, en su guerra comercial con China y su actitud reacia a la OTAN, a la OMS y todo lo que suceda fuera de sus fronteras. Con la significativa excepción del asesinato de Soleimani, un "detalle" que conviene no olvidar.
Pero con Biden parece que esté en camino de abrirse la caja de Pandora, no sólo han involucrado a sus socios en la cruzada de su obsesión anti soviética (aún), como ya lo hicieron en la llamada "guerra contra el terror", sino que parecen estar influyendo en la política interna Europea de forma más torticera que con el espionaje a la propia Merkel.
Y el argumento es recurrente, hasta desde la izquierda. Incluso antes de que Biden tomara el poder tras aquel espectáculo que vimos en el capitolio: con Trump no hubo guerra. Lo que se había montado en Siria y que parecía que con Clinton tendría continuidad remitió en alguna medida.
No voy a decir que el mandato de Trump fuera un remanso de paz antes que una larga colección de dislates, pero no fue él quien nos montó la que hay liada en Ucrania, por más hostilidades que cruzara con China. Al final se diría que aquellos que temían al loco con el dedo en el botón nuclear tendrán que aceptar ese gran vacío que hubo durante el mandato de Trump en el ya tradicional belicismo estadounidense en política internacional, por más tensiones que afloraran en la guerra arancelaria con China.
Extrañamente no sucedió nada relevante en términos geopolíticos en un momento clave que precede al actual, el declive del gran hegemón, pareciera que se limitó a replegarse sobre sí mismo haciendo asco a los gastos que suponen el multilateralismo internacional y los organismos supranacionales.
No fue con Trump que se invadió Afganistán, ni Irak, ni Libia...Tampoco me suena ninguna típica revolución de colores orquestada por la CIA... ¿Qué estarían haciendo esos chicos? No sé, es como si me faltara algo en esa legislatura. Seguro que alguna obra menor llevarían a cabo pero nada de envergadura durante todo un mandato... Y llega Biden y lío en Ucrania. Que tampoco es que lo haya prendido él, no nos engañemos, el Nobel de la paz Obama las mataba callando, pero si ha querido apagar en algún momento el fuego ha sido con gasolina.
Sin embargo con Trump... pues oye, ¿no nos fue tan mal, no? Además, por lo que se ha visto en Mar-a-lago era muy trabajador, se llevaba trabajo a casa y todo.
Ah, ya sé. Sabía que me olvidaba algo en ese largo lapso en que la actividad de injerencias y sabotajes de la inteligencia y la hostilidad militar del gran imperio pareció distenderse ante las tensiones con China.
La pandemia. En palabras del propio Trump "ese virus chino". Parece que después de todo tampoco nos fue tan bien. Y aún así parece mejor panorama que un invierno nuclear. No os voy a engañar, no hay opción buena. Alguna ventaja ha de tener no poder escoger.
Compadezco a los que ha de tomar tal decisión y entiendo incluso a los que votan a ojo, sin tener la menor idea de qué propone y dice realmente cada bando. Al final, desde estas modestas líneas a la gran política que rige el destino del mundo, pasando por los medios de comunicación, lo que se dice no suele ser tan importante como lo que no.