Crucifixiones públicas y matanzas masivas divulgadas por los medios, compartidas por los usuarios de las redes sociales y comentadas en los foros digitales. Las atrocidades que han ido publicitando sus autores, la organización fanática del Estado Islámico (EI), ha servido para aterrorizar al mundo, pero también para gestar su fama de crueldad y, por tanto, su poder.