Los delincuentes ambientales -disfrazados de simpáticos deportistas- siguen haciendo de las suyas en las aguas del Duero. Decenas de siniestras manchas negras jalonan en estos momentos las riberas de este río a su paso por la ciudad de Zamora. Se trata de cardúmenes de pez gato (Ameiurus melas), un pez originario de Norteamérica considerado una de las especies invasoras más agresivas y peligrosas para la fauna fluvial autóctona. La puntilla para uno de los ríos ibéricos más castigados por la proliferación de especies exóticas.