La víctima había retomado la convivencia con su asesino y no tenía protección desde 2023. El detenido acumula tres sentencias por delitos de amenazas, malos tratos y quebrantamiento respecto a la misma víctima, dictadas eentre agosto de 2021 y marzo de 2022. La última de las sentencias, por delito de quebrantamiento, se dictó en marzo de 2022 y en ella se le impuso ocho meses de prisión, lo que motivó su ingreso en un centro penitenciario. Esa pena privativa de libertad quedó cumplida en noviembre del mismo año 2022.