Según un estudio, llevado a cabo entre 2011 y 2015 por la Fundación Línea Directa, durante ese lapso se dieron en España 20.600 accidentes de tráfico a causa de la somnolencia o la falta de descanso en el conductor. En todos ellos murieron 800 personas y más de 27.000 personas resultaron heridas. Por eso, resulta interesante la posibilidad de desarrollar un test que permita a los guardias de tráfico detectar si un conductor está en condiciones de seguir conduciendo, de un modo similar al de otros controles, como el de alcoholemia.