Las ramas medianas y pequeñas, de las que se han retirado hasta 1.600 toneladas, van a la planta de compostaje de Migas Calientes a ser trituradas para cultivo, pero los troncos grandes, unas 1.400 toneladas de casi 75.000 árboles, «van tristemente a Valdemingómez». «Es una oportunidad única para alargar su vida útil», subrayan. «Es un material increíble, natural y poderoso, con memoria. Hacen falta muchos años para devenir tronco, y qué rápido nos deshacemos de ellos… Un material muy solicitado en centros escolares», explican desde Basurama.
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