En poder destructivo, los gigantes de la Guerra Fría eclipsaron a la bomba atómica estadounidense que destruyó Hiroshima. La explosión de prueba más grande de Washington fue 1.000 veces mayor. La de Moscú fue 3.000 veces . En ambos lados, la idea era disuadir los ataques con amenazas de grandes represalias, con destrucción mutua asegurada o MAD. El listón psicológico era tan alto que los ataques nucleares llegaron a ser vistos como impensables. Hoy, tanto Rusia como Estados Unidos tienen armas nucleares que son mucho menos destructivas: su pod
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