«Hay ejemplares con mutaciones, que se comen los unos a los otros. Están estresadas», señala Sergio García, uno de los portavoces de la federación. El origen de esta situación, explica, se debe a la superpoblación de tortugas que hay en este espacio artificial debido al abandono masivo por parte de sus dueños. Creían que se trataría de un hábitat ideal. Nada más lejos de la realidad”.
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