Este tipo de edificios son conocidos como los “jiko-bukken”, literalmente “edificios-suceso”, y su elevada demanda ha llevado a que ya haya agencias que se dedican en exclusiva a gestionar ventas y alquileres de edificios en los que se ha producido un asesinato, suicidio o haya muerto una persona en circunstancias trágicas. El precio de estas casas con “fantasma” cae hasta un 50%.
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