Los restauradores de Mallorca salieron este martes a la calle para protestar contra el cierre de la hostelería y para pedir la dimisión de la presidenta Francina Armengol ante las nuevas restricciones para doblar la curva de contagios por la COVID-19. «Ya no puedo más». Así de tajante fue este martes Mercedes Rando, que regenta una cafetería familiar en Palma. Esta crisis, contó, le ha abocado a que, a día de hoy, «tenga que tirar de los ahorros para seguir pagando las facturas. Cerrar el negocio supone no comer; solo pedimos trabajar».
|
etiquetas: covid , baleares