En 2024, quien visite Birmingham se encontrará con un espacio público muy diferente. El ayuntamiento se plantea ahora vender sus galerías de arte. Tiene previsto cerrar 25 bibliotecas. Las piscinas gratuitas han desaparecido. La recogida de basuras pasará a ser quincenal. El agua, como el gas, primero se nacionalizó y luego se privatizó. Y, en un intento desesperado por reducir costos, la ciudad ha atenuado el alumbrado público. Incapaz de equilibrar su presupuesto anual, emitió un aviso de "sección 114": la versión local de la bancarrota.
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