Familias con trabajos precarios y en ERTE se ven obligadas también a pedir alimentos. La avalancha de demanda de atención social para material escolar, pago de facturas (alquileres, luz, agua) y pañales para los hijos se nota en todos los centros. "La mayoría son trabajadores precarios y desempleados en un 85% de los casos y el resto son personas sin hogar. Tenemos también a mujeres de Centroamérica o Sudamérica que cuidaban a personas mayores y se han quedado en paro"
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