Cada mañana, las colas empezaban a formarse antes del amanecer. Grupos de mujeres –siempre mujeres– esperaban en el frío otoñal en una acera junto a una transitada carretera de circunvalación, frente al tribunal de hormigón y vidrio de Aviñón. Acudían día tras día. Algunas llevaban flores. Todas querían estar en su sitio para aplaudir a Gisèle Pelicot mientras subía con determinación los escalones y atravesaba las puertas de cristal. Algunas se atrevieron a acercarse a ella. Algunas gritaban: "Estamos contigo, Gisèle" y "sé valiente".
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Pues si que tienen un problema.
En una sociedad caotica como la humana, agregar libertinaje sexual solo echa leña al fuego.
Acaso te ha ocurrido que te has cruzado con alguien que simplemente quería follar mientras tú esperabas algo más????
Si no, otra seria la historia.