En primer lugar, considero que la suspensión arbitraria de este concierto es un acto de censura sin rodeos, y una coacción directa de la libertad de expresión en el marco de una actividad artística. Algo que produce vergüenza. Al mismo tiempo, no cabe ampararse en una supuesta moderación o usar la palabra concordia como coartada para un acto de censura. Lo que muestra esta intención censora por parte de PP y sus aliados de C´s es que, de haber radicales peligrosos y excluyentes, lo son ellos.
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