Bárbara comenzó tachando cada día que pasaba recluida en su casa. Al séptimo, el pasado 28 de marzo, se cansó. Ese es el último que está rayado con boli azul en el documento judicial que recoge los 45 días que va a vivir privada de libertad. "Me terminaba agobiando más al ver el número de días que llevaba arrestada, eran muchos menos que los que me quedaban pendientes", cuenta esta madre de dos niños de 13 y 10 años. "Llegué hace cinco años a esta casa, tras separarme. Siempre he intentando darle un techo a mis hijos", responde.
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