Quería ir por el meme, por las risas. Después empecé a darle vueltas a la ironía y me di cuenta de que igual no era un arma tan cargada de futuro sino más bien desmovilizadora de presentes. Después oí a Ernesto Castro decir que "el que no puede cambiar el mundo se ríe de él" y dije: mira, sí. Aquella tarde en El Valle de los Caídos fue, seguramente y parafraseando a Foster Wallace, algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Y sí, esto es un excusatio non petita en toda regla pero es que, joder.
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