Han conseguido lo imposible: convencernos de que aún debemos darles las gracias. Por eso no es extraño que usted pueda oír conversaciones como la siguiente: - ¿Cuánto le pagas a la chica que te va a limpiar la casa” - Yo, 4 euros la hora. - ¿Sólo? - Sí, pero oye, ella agradecida porque antes que estar en el paro...
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