Desde que España empezó a contabilizar los datos en 1941, nunca antes nacieron tan pocos niños. En el primer semestre de 2019 se registraron 179.794 bebés, 5,8% menos que el año anterior, que ya fue peor que el anterior, y el anterior. A excepción de un pequeño repunte en 2014, la caída es en picado desde 2007. “Cada año es peor que el anterior, como una crisis económica que no acaba nunca”, lamenta el director de la Fundación Renacimiento Demográfico. Con el récord a la baja de nacimientos, se cruza en la gráfica otra línea, las defunciones.
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