El propietario de una empresa tecnológica de la ciudad china de Fuzhou sufrió el mes pasado una estafa de 4,3 millones de yuanes (556.000 euros). Utilizando IA para imitar la cara y la voz de un amigo del propietario, los estafadores le convencieron para que transfiriera dinero a sus cuentas mediante una videollamada en WeChat pidiendo que transfiriera el dinero utilizando la cuenta bancaria de su empresa. "Bajé la guardia tras confirmar su cara y su voz en un videochat", declaró el empresario a los medios locales.
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