En 2001, el conflicto armado en Afghanistan se cobró dos víctimas inesperadas. Los talibanes ordenaron la demolición con explosivos de dos colosales estatuas de Buda que adornaban un milenario monasterio en la ciudad de Bamiyán. Hoy, gracias a dos mecenas chinos y a la tecnología, Buda ha regresado en forma de figuras proyectadas sobre la roca. Hermosos tesoros arqueológicos absurdamente destruido
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