"Para empezar, hay que recordar que fisiológicamente ningún cuerpo está preparado para una explotación como la que representa la prostitución que acarrea importantes problemas como las enfermedades infecciosas respiratorias, digestivas o urinarias relacionadas con sus condiciones de vida, o el agravamiento de trastornos o enfermedades psicosomáticas: dermatosis (eccemas, psoriasis), gastropatías (gástrica o duodenal, enfermedad por reflujo gastroesofágico), problemas reumatológicos… Y problemas traumatológicos derivados de las múltiples..."
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