Pasear por Malasaña ya no es lo mismo. Obvio. Esto ya lo decían la década pasada quienes fueron jóvenes en los 90 y echaban de menos ver camellos en cada esquina, garitos que cerraban de día (como el No Fun), antros que fueron casi eternamente 'cool' (Nasti) y -sobre todo- beber tranquilamente en la calle. Se veía venir, sucedió poco a poco, pero cuando las 'lecheras' cerraron la plaza del 2 de mayo para evitar botellones y protestas la cosa ya no parecía tener vuelta atrás.
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