Nada hacía presagiar que Sheislane Hayalla, que había quedado segunda en el concurso, iba a tener ese arrebato de mal humor. Pero en el momento en que estaban colocando la corona a Toledo, la finalista se abalanzó hacia ella, le arrancó la corona del pelo y la lanzó al suelo, para irse gritándole que no se merecía el premio, levantando los brazos como una ganadora. Mientras tanto, todo el mundo en el escenario no salía de su asombro, salvo alguna de las otras participantes que aplaudían a la agresora.