Cuando los marines estadounidenses mataron a veinticuatro personas en una ciudad iraquí el 19 de noviembre de 2005, también grabaron las secuelas de sus acciones. Durante años, los militares trataron de ocultar estas fotos al público. En marzo de 2024, y tras un largo proceso judicial, los militares cedieron y nos las entregaron. The New Yorker ha decidido publicar una selección de estas fotos, con el permiso de los familiares supervivientes, para revelar el horror de una matanza que los militares decidieron no castigar. [IMÁGENES DURAS]
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