El fútbol comenzó siendo un juego, y enseguida se convirtió en espectáculo. Muy pronto se hizo deporte, y finalmente devino también negocio. En el lenguaje de la calle se oye decir, desde hace unos años, que un club ‘ha comprado’ a un jugador. ¿Te imaginas que se dijese que una empresa ha comprado a una secretaria? Los seres humanos no se compran; en todo caso, laboralmente se contratan
No solo en el fútbol, sino en otros tipos de actividades. Cuántos niños y niñas van horas y horas a clases de gimnasia rítmica, natación, ballet, piano, canto, porque el papá o la mamá de turno quiere que sus retoños acaben siendo grandes deportistas, actores, cantantes, músicos, etc. Está bien inculcar la disciplina a través de una actividad recreativa: música, deporte,... con la que los muchachos disfruten, hagan amigos y se lo pasen bien. Lo que no tiene sentido es inculcarles un estúpido divismo y una idea de éxito personal basada en ganar mucho dinero, ser un personaje público y fardar. No sé cómo después nos extrañamos cuando vemos chavales con depresión y problemas de sociabilidad, acoso, adultos inseguros, etc.
Y esto en el primer mundo, imaginémonos los chavales que aparecen en Diamantes Negros, la película citada en el artículo. Lo mismo multiplicado por mil, ya que además estos muchachos y sus familias vienen de auténticos dramas sociales y económicos, son engañados y no tienen ninguna salida.
Comentarios
No solo en el fútbol, sino en otros tipos de actividades. Cuántos niños y niñas van horas y horas a clases de gimnasia rítmica, natación, ballet, piano, canto, porque el papá o la mamá de turno quiere que sus retoños acaben siendo grandes deportistas, actores, cantantes, músicos, etc. Está bien inculcar la disciplina a través de una actividad recreativa: música, deporte,... con la que los muchachos disfruten, hagan amigos y se lo pasen bien. Lo que no tiene sentido es inculcarles un estúpido divismo y una idea de éxito personal basada en ganar mucho dinero, ser un personaje público y fardar. No sé cómo después nos extrañamos cuando vemos chavales con depresión y problemas de sociabilidad, acoso, adultos inseguros, etc.
Y esto en el primer mundo, imaginémonos los chavales que aparecen en Diamantes Negros, la película citada en el artículo. Lo mismo multiplicado por mil, ya que además estos muchachos y sus familias vienen de auténticos dramas sociales y económicos, son engañados y no tienen ninguna salida.
Desde que es negocio y es dinero...pues ya sa sabe.
Ante el dinero no hay ni ética ni escrúpulos.
Como era eso de odio eterno al futbol moderno?