La generación con más graduados universitarios de la historia es también la que no puede pagarse una vivienda. Ni si quiera un alquiler, que ha sido siempre la opción más asequible. Solo el 16% de las personas de entre 18 y 29 años han contado con los recursos suficientes para irse de casa de sus padres. En 2005, esta cifra ascendía al 41,4%. Los jóvenes que podían independizarse eran más del triple que en la actualidad. Y es que no salen las cuentas. Un joven medio debería destinar el 93,9% de su salario al alquiler si quiere vivir solo.
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