Como auxiliar de vuelo, la vida de Grisselle Crovetto estaba a camino entre dos ciudades. Cuando volaba se quedaba en Madrid en casa de una amiga, cuando descansaba se iba a Málaga donde tenía un casa alquilada en la costa. Hoy con un ERTE que acaba de finalizar, vive en su coche aparcado en una gasolinera de Manilva.
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