3 jueces distintos que han visto los vídeos, analizado todas las pruebas y testimonios, que están sufriendo una presión mediática brutal, y para los que la vía más fácil para no comprometer su bienestar y su carrera era declararles culpables, han dictaminado que no era una vioIación. Uno de ellos incluso pide absolución. La propia víctima afirma que no hubo violencia ni intimidación. Una turba de gente que no ha visto el vídeo, ni las pruebas, pide la cabeza de los jueces y considera que no se ha hecho justicia.