Han pasado 15 años y la Justicia, la misma que lo envió a la cárcel y lo mantuvo un año entre rejas, ignorando sus promesas de inocencia, avanza lenta para desandar sus propios pasos y devolverle la dignidad que se ha dejado por el camino. Porque el tiempo ya no podrá recuperarlo. Ni tampoco la salud y la vida que tenía antes.
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