La Junta Docente solicita que se paralice de oficio, como cuando hay riesgo de riada, la actividad educativa en las aulas que superen los 27 grados. La Consellería lo descarta y califica la situación de «circunstancial». «Los alumnos están irreconocibles, callados, empapados y como adormecidos. No podemos dar clase así», declaró una profesora. Se ha sugerido a algunos alumnos de ESO como únicos deberes para estos días, que lleven agua congelada a clase para no deshidratarse.
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