El 9 de enero de 2017 las personas refugiadas en el campo griego de Moria se despertaron con nieve pesada, el segundo en tres días. Algunas tiendas se habían derrumbado, otras estaban cubiertas de una blancura helada. Hombres y mujeres, atrapados en un centro de detención a miles de kilómetros de su casa, se quedaron sin nada, ni siquiera calor o refugio. Según las cifras dadas en una reunión de la costa norte el 22 de diciembre de 2016, Moria alberga a 4.786 personas, con numerosos menores. El campamento fue construido para acoger a 3.904 pers
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