Desde junio de 2012 el albaceteño José María López no había podido ver ni hablar con su hija Lucía, fruto del matrimonio que mantuvo con una mujer de Kirguistán. En concreto fue el 15 de junio de 2012 el último día en el que la madre la entregó en cumplimiento del régimen de visitas establecido por el Juzgado de Instrucción nº1 de Albacete, ciudad en la que residían. Días después este albaceteño regresó para recoger a Lucía, pero no supo más ni de la pequeña ni de su madre. Un complejo y delicado proceso que ha durado algo más de 9 años.
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