España ha entrado ya en una fase de desaceleración económica. Lo acaba de corroborar el Banco de España, que esta semana ha empeorado sus proyecciones de crecimiento del país para los próximos tres años, y así lo confirman los datos de actividad, desde las exportaciones hasta el turismo, y también dos que tienen que ver con el bolsillo de los ciudadanos: el consumo y el ahorro, estrechamente vinculados.
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