Después de que las sociedades científicas de Pediatría hayan manifestado públicamente y en reiteradas ocasiones que esta decisión no cuenta con la comprensión de estos especialistas, y de que se hayan ido ‘secuestrando’ lotes para impedir que la vacuna se siguiera vendiendo, ahora estamos en condiciones de asegurar que existen unos nexos familiares con curiosas coincidencias. La mujer del jefe de división de la Aemps que lo firmó trabajó en el laboratorio fabricante de la profilaxis y su salida de la empresa no fue amistosa.
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