Lo que creían iba a ser uno de los días más felices de su vida se encontró de pronto con un gran inconveniente.El local de eventos que una pareja estadounidense había elegido para festejar su matrimonio no quería acoger su celebración.El motivo, según la propietaria del salón de fiestas, es que la unión iba en contra de sus "creencias cristianas".Su explicación se basa en el origen racial del futuro matrimonio: ella es una mujer blanca y él, un hombre negro.
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