En primer lugar, los directivos del emplazamiento educativo argumentaron que la joven tenía acumuladas en su historial un buen volumen de faltas. La menor registraba 36 faltas de media jornada en el mismo semestre. De ellas, seis no habían sido justificadas, por lo que para ellos era ya un factor de peso para denegar ese permiso para ausentarse unos días. En primera instancia, se la había impuesto un pago de más de 3.000 euros pero la niña “no había sufrido desventaja académica y la sentencia se rebajó de los más de 3.000 euros hasta 1046
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